Este experto en polución atmosférica advierte que el ozono y el exceso de nitrógeno no solo dañan la salud humana: también reducen la fotosíntesis, alteran la composición de los ecosistemas y favorecen especies invasoras, lo que aumenta el riesgo de incendios en un escenario de sequías y cambio climático.
Entre los proyectos de búsqueda de civilizaciones extraterrestres, en los últimos años ha tomado fuerza la idea de que la polución en la atmósfera de planetas lejanos puede ser una tecnofirma, una pista de la presencia de tecnología avanzada. Algunos telescopios actuales pueden detectar estos rastros, y otros en proyecto aumentarán las opciones.
La evidencia científica apunta a que la contaminación atmosférica no solo afecta al corazón y los pulmones. También se vincula con alteraciones en el metabolismo que incrementan el riesgo de diabetes, obesidad y síndrome metabólico.
La exposición prenatal a la contaminación del aire se relaciona con una maduración más lenta del cerebro durante el primer mes de vida. Así lo ha revelado el primer estudio que mide con resonancia magnética la mielinización cerebral de los recién nacidos.
La polución del aire influye más en los ingresos hospitalarios que la propia temperatura durante olas de frío o calor, según apunta un nuevo estudio. Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana son las regiones más afectadas por este problema.
Los resultados de un estudio, liderado por ISGlobal, muestran que el O3 procedente de fuera de las propias fronteras nacionales contribuyó al 88,3 % de las muertes atribuibles a este contaminante en 35 países europeos. Los autores señalan que los efectos perniciosos de este contaminante se están agravando por el calentamiento global.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid junto a colegas de la Universidad de Copenhague proponen utilizar la red de huertos urbanos para, además de cultivar hortalizas, controlar la contaminación atmosférica de las ciudades.
Un equipo científico internacional ha encontrado una fuerte asociación entre la exposición reciente –en los cinco días previos— a contaminantes gaseosos y partículas y el peligro de padecer un accidente cerebrovascular. El metaanálisis revisó los datos de las patologías de más de 18 millones de personas procedentes de un centenar de estudios de tres continentes.
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona señala que el transporte, las actividades domésticas y la agroganadería se encuentran entre las principales fuentes que más afectan a la toxicidad del aire en 857 ciudades europeas. Según los investigadores, urgen medidas drásticas para reducir la polución y las muertes asociadas al tráfico, principal fuente de gases nocivos.
Solamente un 0,001 % de la población mundial vive en lugares con niveles de contaminación atmosférica diaria considerados aceptables por la Organización Mundial de la Salud. Lo constata el primer estudio a gran escala sobre partículas finas en suspensión en el mundo.